Un sueño de 40 años

Sergi Nunes

Balaguer se ha caracterizado por ser una ciudad comprometida con el deporte, pero siempre ha invertido en los deportes más fuertes como el fútbol, el baloncesto, la natación, sin dar tanta opción a que otros deportes minoritarios, como el atletismo, tuvieran su época de oro.

Ahora veremos cómo tener unas mínimas instalaciones deportivas puede llevar el nombre de una ciudad por todo el mundo, tan sólo invirtiendo una pequeña parte del presupuesto de una ciudad.

Empecemos por el deporte rey, el fútbol. Balaguer llegó a tener dos campos de fútbol, uno de tierra (el Maracaná) y otro actual, de hierba artificial (el Municipal). De estos campos salieron jugadores como Robert Martínez, actual seleccionador de Bélgica, que quedó tercera en el Mundial de Fútbol del 2018, Lluís Cortés, entrenador del F.C Barcelona femenino, y el gran “One Man Club”, Juanjo Tenorio, el cual jugó con el Osasuna en primera división.

¿Qué hubiera pasado si Balaguer no llega a tener ningún campo de fútbol con unas mínimas instalaciones? ¿Habrían llegado donde han llegado en sus carreras deportivas? En 1971 también se inauguró el “Poli”, como lo conocemos todos los balagarienses, donde se practica baloncesto, fútbol sala y donde también se hacen los campeonatos de gimnasia rítmica.

Pero vamos a hablar del baloncesto, otro deporte estrella del cual han salido jugadores como Xavier Sánchez, que jugó en la ACB, o el más conocido en la ciudad, Albert Marvà, “Beto” para los amigos y conocidos. También tenemos a los equipos sénior, tanto masculinos como femeninos, del Básquet Balaguer, quienes cada año hacen resultados espectaculares tanto en la liga como en los campeonatos. ¿Qué pasaría si no tuvieran unas mínimas instalaciones para la práctica del baloncesto? Creo que todos sabemos la respuesta.

Otro deporte donde Balaguer se ha destacado en los últimos años ha sido la natación, con resultados clasificatorios en la selección catalana y en la española. Nadadores como Aurembaix Pifarré, Berta Benseny, Arnau Pifarré, etc, que cada año van subiendo el nivel, y eso es gracias a tener unas instalaciones mínimas, aunque ya hace tiempo que toca hacer una gran reforma en la piscina, ahora obsoleta. Aun así, han podido llegar a un gran nivel gracias a tener unas mínimas instalaciones.

Y quiero llegar al deporte que en épocas pasadas fue el rey y que sigue teniendo sus días dorados en las Olimpiadas: el atletismo. En estos últimos años de crisis ha tenido un “boom” espectacular con el “running” y la fiebre de hacer quilómetros. En Balaguer tenemos la suerte de tener más de tres clubs de atletismo, pero ni una mínima instalación deportiva para la práctica de este deporte tan sacrificado.

Aun así, tenemos atletas reconocidos como Glòria Pallé, pionera del atletismo femenino y campeona de España de medio fondo nueve veces. Pallé tenía que entrenar por la hierba del río. También tenemos al atleta Armando Roca, campeón de España de 100 m, 200 m y 4×100 m en los años 50. Roca tenía que entrenar en la plaza Mercadal. Y no quiero olvidarme de un atleta popular y querido en la ciudad, Joan Prats, con grandes marcas como correr los 21 km en 1h y 14 minutos, demostrando tener una gran técnica. Y ahora, por un segundo, cerremos los ojos e imaginemos que tenemos unas instalaciones para la práctica del atletismo y todas sus vertientes. ¿Cuántos Jackson Quiñónez, Bernat Erta, Aleix Porras, Eliseo Martín, Marta Galimany o Ruth Beitia hubieran salido de nuestra ciudad? De momento, son sueños de hace más de 40 años.

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