Cuando se defiende lo indefendible

El 23 de febrero se celebró el 40 aniversario del golpe de estado que sufrió este país hecho por unos militares que se otorgaban el derecho de imponer sus ideologías.

Como cada año, en el recordatorio de este suceso histórico, para rememorar el cadáver de un golpe fallido salen todos los partidos a decir la suya; y como no puede ser de otra manera, los partidos independentistas y nacionalistas, extremistas y autoritarios salen diciendo que se tiene que terminar con el régimen del 78. Igual sería bueno recordarles que este supuesto régimen del 78 que ellos critican les ha dado voz y voto en el parlamento de esta democracia, ¿o es que acaso quieren ser unos golpistas como los militares del 23-F?

Por otro lado, estamos teniendo revueltas y manifestaciones en defensa de un rapero llamado Pablo Hasél, que lo único que ha aportado a la sociedad es odio. Se tiene que recordar que no está en la cárcel por las letras de sus nefastos raps, sino por agredir a un testigo de un juicio y por una agresión a una periodista de TV3 y, además, yo le sumaría los 150.000 € de los destrozos del rectorat de la UDL.

A todo esto, como no, en Balaguer se hicieron manifestaciones con la lectura de manifiestos en apoyo de este rapero divulgador de odio, y como siempre, apoyado por el equipo de gobierno de la ciudad que no condena la violencia de un señor y que tampoco condena el odio ni el enaltecimiento del terrorismo. Pero ¿qué se puede esperar de un partido en el que unos de sus ídolos es un exmiembro de ETA?