El fiasco que protagonizó la Generalitat de Cataluña con las ayudas a los autónomos por la crisis del Covid-19, las cuales se agotaron en un día y que tuvieron que esperarlas como si de una partida de Bingo se tratase—a ver si tenían suerte y estaban entre los 10.000 afortunados que optaban a la ayuda—, demostraba el caos y el poco conocimiento que tiene la misma Generalitat sobre el tejido empresarial de Cataluña.
Algo parecido ha pasado en Balaguer, donde el último pleno extraordinario de urgencia dio luz verde a la segunda convocatoria para las ayudas a las empresas de la ciudad por el Covid-19 con un total de 55.000 € y un límite de ingresos de 350.000 € por empresa; y en donde la primera convocatoria el límite estaba en 150.000 €.Reitero: aquí se demuestra el poco conocimiento del tejido empresarial de la ciudad, pues es un límite muy bajo y pocas empresas pueden optar a la ayuda.
Y también aquí, en Balaguer, este gobierno se dará a conocer como el gobierno de los estudios, porque es su palabra de rescate para salir de los problemas. A veces, en la vida, no hacen falta tantos estudios para facilitar la vida de la población, sino más actuaciones. De momento tienen muchas promesas que cumplir, pero solo han lanzado cortinas de humo a los medios de información de la ciudad. Hechos, ningunos, y actuaciones, bien pocas.
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